jueves, 18 de julio de 2013

Con vos aprendí todo: aprendí a ser mujer, aprendí a amar de verdad, aprendí que el amor no es sólo para los grandes sino que los adolescentes también podemos sentir (y muy profundo), aprendí que la sinceridad en una pareja es lo más importante de todo, que no es necesario hacer todo público para poder estar bien y sernos fieles, que no hay que hacerle caso a lo que dicen los demás porque hablan por hablar, aprendí que lo más importante era verte reír, así como vos lo hacías en mí y lo más importante, aprendí a jugármela por lo que quiero y a darme cuenta que diciendo con palabras lo que siento, puedo llegar muy lejos. 

Porque más allá de todos los defectos que resalto cuando hablo con mis amigas, sos una de las personas más puras y transparentes que conocí, con códigos y principios que no tiene casi nadie hoy en día. Me bancaste muchas, te banqué muchas pero siempre estuvimos ahí, fieles el uno al otro intentando que ninguno de los dos salga lastimado, priorizando nuestros sentimientos antes que otra cosa.