Las pupilas guardan algo de vos, la imaginación anticipó el final casi como una perpetua a las noches de insomnio, sonámbulo tarareando canciones de rock.
Cerras los ojos y al corazón al instante se le oxida el cerrojo, ese mismo que a la ilusión tiene cautiva, hay un rock que tiene tu sonrisa si entre risas me descansa el alma.
Con el sueño del oso, los ojos de nuez, la boca de pez y su condena a morir por el alguna vez, Karma y destino, canción, razón y olvido.
Es sin titubeos, calma y tormenta.